La mítica heroína de la Independencia Chiapaneca: Josefina García Bravo.
Por Tatiana Jimenez Domínguez
En la historia de Chiapas resuenan muchos nombres de mujeres que han trascendido el paso del tiempo; sin embargo, uno de esos nombres continúa causando polémica: Josefina García Bravo.
De
acuerdo al cronista oficial de Tuxtla Gutiérrez, José Luis Castro Aguilar, la
primera vez que se le nombró fue en Historia
desconocida, publicada por Flavio Guillén en el diario guatemalteco El Pueblo, el 9 de septiembre al 11 de
octubre de 1920.
Hasta la fecha no existe evidencia
documental que demuestre la existencia de Doña Josefina García Bravo. Por el
contrario, se ha sugerido que se inventó el mito de una heroína, estableciendo un
paralelismo con una de las figuras claves de la Independencia de México: doña Josefa
Ortiz de Domínguez.
La historia oficial narra que Fray Matías
de Córdova convocó a sus feligreses incitándolos a luchar para romper los lazos
con España. Los hombres dudosos de
acceder a la petición expresaron sus temores de adelantarse a las autoridades
de Guatemala, prefiriendo que otras regiones consumaran su independencia. Ante
la indecisión de los varones, se refiere que fue una mujer quien tomó la
palabra, y aclamando con entusiasmo la idea de Fray Matías de Córdova,
pronunció el siguiente discurso: “Padre Córdova, si usted, padre Córdova nos
autoriza, podemos nosotras las mujeres hacer un trato con los hombres aquí
presentes, que ellos se queden cuidando de las casas y de los niños, mientras
nosotras nos marchamos a la frontera”.
Podemos detenernos a analizar el discurso desde
una perspectiva de género. La propuesta de Josefina es reveladora, adelantada a
su tiempo, evidencia la alteración del orden de género de la época, y la
conquista del espacio público por parte de las mujeres. Fue la potencia de su discurso y la necesidad
de los hombres por perpetuar las características que se le atribuyen a la
masculinidad: la valentía y el arrojo, lo que motivo a los varones a levantarse
a iniciar la lucha por la independencia de Chiapas, y no ser superados por las
mujeres.
Por otra parte, surge otra reflexión: ¿Con
qué objetivo se inventó a esta heroína? En la historiografía mexicana es común
encontrar una corriente relacionada a la Historia de Bronce, la cual se ha encargado
de reproducir estas falacias con intenciones precisas: cultivar el patriotismo,
o legitimar un orden político.
De esta manera los historiadores de la
época convirtieron a Josefina García en una heroína local chiapaneca. En
Comitán existe un busto de ella en el parque de San Sebastián y algunas
escuelas llevan su nombre en reconocimiento a su valor heroica en la
Independencia de Chiapas.
La existencia de Josefina García Bravo no
ha podido ser probada, se ha convertido en uno de los tantos mitos de la
historia mexicana. Su invención, sin embargo, es un hito que nos permite entrever
que las mujeres siempre han estado presentes en los procesos históricos; y
seguramente, la Independencia de Chiapas no fue la excepción. Las mujeres
siempre hemos participado en la construcción de la Historia, haciendo necesario
recuperar la memoria histórica de las mujeres, recuperar nuestra identidad, y
nuestra trascendencia; es decir, la huella permanente de las mujeres en la
transformación del entorno social.
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